Las protestas y piquetes que sitian las instalaciones en las que Tata Motors proyecta fabricar el Nano, el coche más barato del mundo, están haciendo tambalear el lanzamiento en octubre del vehículo con el que la compañía planeaba revolucionar a la clase media india.
EFE
Hace unos días, Tata anunció que se veía "forzada a suspender los trabajos de construcción en la planta de Nano en Singur (estado nororiental de Bengala) en vista de las continuadas confrontaciones y agitaciones en el lugar".
Tata respondía así a varias jornadas de piquetes organizados por el Congreso Trinamol para exigir la devolución de las tierras expropiadas por el Gobierno bengalí para vendérselas a Tata Motors.
El fabricante automovilístico advirtió además de que estaba "evaluando opciones alternativas para la fabricación del Nano en otras instalaciones y preparando un plan detallado para relocalizar la planta y la maquinaria", según un comunicado.
La amenaza de Tata se vio indirectamente corroborada ayer por el presidente de la compañía, Ratan Tata, quien dijo durante una convención de la industria automovilística en Delhi que está haciendo todo lo posible por "lanzar el Nano en el plazo previsto", pero pidió preguntar a "otros" si eso será posible.
Oportunidades de traslado desde el avispero bengalí no le faltan a Tata Motors, ya que otros estados indios le han hecho llegar en los últimos días un aluvión de ofertas de tierra para la fábrica.
Tata respondía así a varias jornadas de piquetes organizados por el Congreso Trinamol para exigir la devolución de las tierras expropiadas por el Gobierno bengalí para vendérselas a Tata Motors.
El fabricante automovilístico advirtió además de que estaba "evaluando opciones alternativas para la fabricación del Nano en otras instalaciones y preparando un plan detallado para relocalizar la planta y la maquinaria", según un comunicado.
La amenaza de Tata se vio indirectamente corroborada ayer por el presidente de la compañía, Ratan Tata, quien dijo durante una convención de la industria automovilística en Delhi que está haciendo todo lo posible por "lanzar el Nano en el plazo previsto", pero pidió preguntar a "otros" si eso será posible.
Oportunidades de traslado desde el avispero bengalí no le faltan a Tata Motors, ya que otros estados indios le han hecho llegar en los últimos días un aluvión de ofertas de tierra para la fábrica.
La construcción de la planta en Singur ha estado rodeada de fuerte polémica desde sus inicios hace dos años, ya que el Ejecutivo regional expropió de manera forzosa 400 hectáreas de tierra agrícola y sembró la semilla de la protesta.
Además de constantes manifestaciones y enfrentamientos, con alguna víctima mortal, los afectados recurrieron sin éxito ante el Tribunal Supremo de Calcuta.
En la última ola de protestas promovida por el Congreso Trinamol, los manifestantes exigen la devolución de 162 hectáreas.
El Gobierno indio ha asegurado que el conflicto es competencia de las autoridades bengalíes, pero el secretario de Comercio, G.K. Pillai, las censuró ayer al comentar que la situación se podría haber evitado si las compensaciones a los expropiados hubieran sido más generosas, según la agencia IANS.
Tras el amago de Tata de abandonar el proyecto en Bengala, el gobernador del estado, Gopal Krishna Gandhi, se ha ofrecido como "mediador" entre la líder del Trinamol, la combativa Mamata Banerjee, y el Gobierno de izquierdas bengalí.
El coche más barato del mundo
Las partes están convocadas, a unas negociaciones de las que pende el futuro del proyecto Nano, que Tata Motors presentó el pasado 10 de enero con la promesa de que sería el coche más barato del mundo, con un precio antes de impuestos de 100.000 rupias (unos 2.500 dólares).
El parón en las obras cuando quedaba un mes para el supuesto comienzo de la fabricación y lanzamiento al mercado del Nano llega en momentos de "vacas muy flacas" para la economía india, que sufren con especial intensidad sus clases más modestas.
La crisis se ha reflejado en un descenso en la venta de vehículos de Tata, aunque su presidente afirmaba recientemente que "la necesidad y la demanda de coches de bajo coste en la India está creciendo".
No obstante, Ratan Tata admitió que el bajo precio prometido está sometido a "presión, debido al aumento de los costes de producción que la industria en su conjunto está presenciando", según la agencia india PTI.
Todos al carro de los ‘low cost’
Ante las dificultades de Tata para mantener su promesa de "coche del pueblo", su competidor en el mercado indio, Bajaj Auto, ha aprovechado para abogar por que "no se le quite a nadie su tierra en contra de su deseo y sin darle un precio justo" por ella, en palabras de su presidente, Rahul Bajaj, en la misma convención.
Además de constantes manifestaciones y enfrentamientos, con alguna víctima mortal, los afectados recurrieron sin éxito ante el Tribunal Supremo de Calcuta.
En la última ola de protestas promovida por el Congreso Trinamol, los manifestantes exigen la devolución de 162 hectáreas.
El Gobierno indio ha asegurado que el conflicto es competencia de las autoridades bengalíes, pero el secretario de Comercio, G.K. Pillai, las censuró ayer al comentar que la situación se podría haber evitado si las compensaciones a los expropiados hubieran sido más generosas, según la agencia IANS.
Tras el amago de Tata de abandonar el proyecto en Bengala, el gobernador del estado, Gopal Krishna Gandhi, se ha ofrecido como "mediador" entre la líder del Trinamol, la combativa Mamata Banerjee, y el Gobierno de izquierdas bengalí.
El coche más barato del mundo
Las partes están convocadas, a unas negociaciones de las que pende el futuro del proyecto Nano, que Tata Motors presentó el pasado 10 de enero con la promesa de que sería el coche más barato del mundo, con un precio antes de impuestos de 100.000 rupias (unos 2.500 dólares).
El parón en las obras cuando quedaba un mes para el supuesto comienzo de la fabricación y lanzamiento al mercado del Nano llega en momentos de "vacas muy flacas" para la economía india, que sufren con especial intensidad sus clases más modestas.
La crisis se ha reflejado en un descenso en la venta de vehículos de Tata, aunque su presidente afirmaba recientemente que "la necesidad y la demanda de coches de bajo coste en la India está creciendo".
No obstante, Ratan Tata admitió que el bajo precio prometido está sometido a "presión, debido al aumento de los costes de producción que la industria en su conjunto está presenciando", según la agencia india PTI.
Todos al carro de los ‘low cost’
Ante las dificultades de Tata para mantener su promesa de "coche del pueblo", su competidor en el mercado indio, Bajaj Auto, ha aprovechado para abogar por que "no se le quite a nadie su tierra en contra de su deseo y sin darle un precio justo" por ella, en palabras de su presidente, Rahul Bajaj, en la misma convención.
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